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| David Santos |
¿Nos hablas de ti?
Soy periodista, aunque siempre fui más de números que de letras, hasta que, por una casualidad y una serie de decisiones en la etapa universitaria, acabé en un grupo de teatro en la antigua escuela de Magisterio de La Laguna. Aquel aterrizaje en Troysteatro dejó atrás una etapa donde las ciencias y el deporte parecían parte del futuro inmediato. A partir de las bambalinas y el escenario el interés por la palabra cobró protagonismo y un día me encontré estudiando Periodismo. Después, durante quince años, he pasado por dos periódicos, una radio y el gabinete de comunicación del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. A la vuelta al DIARIO DE AVISOS hace tres años, me nombraron director. Estar todo el día manejando letras -propias y ajenas- no me separa del gusto por la lectura; hace unos años me enrolé en la tribu de los corredores y, de vez en cuando y con calma, me gusta recorrer los montes. El virus del teatro sigue ahí, y si bien las posibilidades de actuar son pocas, sigo escribiendo algunas colaboraciones. Desde el punto de vista literario jamás había presentado escrito alguno a ningún certamen. ¿El futuro?: una página en blanco, claro.
¿Por qué elegiste ese seudónimo para participar?
Max por su sonoridad, su indefinición en cuanto al género... por nada en especial. En cuanto a Oliveira es muy obvio: Rayuela, de Julio Cortázar.
¿Por qué decidiste escribir ese relato?
Tratar de expresar dolor y culpa a partir de una palabra: nada.
¿Qué representa el Teide para ti?
Una inmensidad.
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