miércoles, 9 de agosto de 2017

Hablamos de Mark Twain.

Este miércoles les queremos hablar de otro escritor estadounidense, de Samuel Langhorne Clemens, al que todos conocemos por su seudónimo; Mark Twain.
Mark Twain fotografíado en los albores del siglo XX.
Mark Twain nació el 30 de noviembre de 1835 en un pequeño asentamiento llamado Florida y que a día de hoy no cuenta con ningún habitante censado. A los cuatro años su familia se trasladó a otra pequeña localidad, la de Hannibal, a orillas del Mississippi, en el estado de Misuri, y que sería fundamental como inspiración para el futuro escritor.
Era un niño de espíritu inquieto, aventurero y apasionado. Perdió a su padre cuando solo tenía doce años, por una neumonía. La familia en esos años vio morir a cuatro hijos y solo tres llegarían a la edad adulta. El joven Samuel abandonó los estudios antes de su finalización y comenzó a trabajar como aprendiz en la imprenta. En 1851 ya estaba formado como tipógrafo y algunos de sus relatos aparecían publicados en el Hannibal Journal.
Al cumplir los dieciocho años decidió abandonar Hannibal y emprendió un incierto viaje en busca de aventura y fortuna. Uno de sus primeros destinos fue Nueva Orleans. En esos años se formó como piloto de vapores fluviales, que fue una actividad que llegó a apasionarle y, de allí, viene el seudónimo por el que todos le conocemos, Mark Twain, término que entre los pilotos significaba <<marca dos>>. El estallido de la Guerra Civil de Estados Unidos el 12 de abril de 1861 interrumpió el tráfico fluvial y puso fin a su carrera como piloto.
Buque fluvial Mark Twain navegando por el Mississipi a la altura de Hannibal.
Su siguiente destino fue el Oeste y se dirigió a las montañas de Nevada para probar fortuna, como muchos otros, buscando oro. Se asentó en Virginia City -una ciudad próspera debido a los yacimientos de plata y oro, pero que cuando éstos se agotaron perdió población rápidamente- pero su proyecto de hacer fortuna con las minas no tuvo éxito, así que volvió a centrar su atención en la escritura y en el periodismo. Publicaba su artículos en el Territorial Enterprise y allí, el 3 de febrero de 1863, fue donde firmó por primera vez como Mark Twain uno de sus artículos.
En 1864 se trasladó a San Francisco, una populosa y próspera ciudad, para continuar desempeñando su actividad periodística. Allí conocerá a escritores de la talla de Bret Harte, que le animarán a continuar con su carrera como escritor.
Así lo hizo y su primer éxito llegó muy pronto, pues el 18 de noviembre de 1865 el semanario de Nueva York The Saturday Press publicó "La célebre rana saltadora del distrito de Calaveras", un cuento de corte humorístico. El éxito fue inmediato y le permitió emprender una serie de nuevos viajes, tanto por Estados Unidos como por Europa y Oriente Medio. Fruto de las experiencias de esos viajes, en 1869 publicó un libro bajo el título de "Los inocentes en el extranjero".
Tras un corto noviazgo, a finales de 1870 Mark Twain contrajo matrimonio con Olivia Langdon. El matrimonio se instaló en Búfalo, Nueva York. La estabilidad favoreció que el talento de Twain eclosionase durante los años siguientes y, poco a poco, sus obras más importantes irán viendo la luz.
Así, en 1872 publicó "A la brega", una obra que narras sus aventuras en el Oeste americano. En 1873 escribió una novela en colaboración con C. D. Warner, titulada "La edad dorada", pero que fue considerada por la crítica como mediocre.
En 1876 ve la luz una de sus obras más conocidas, "Las aventuras de Tom Sawyer", una novela inspirada en su niñez, en los años que pasó en Hannibal. Se inspira en el pequeño asentamiento y en sus pobladores para dar forma a la St. Petersburg de la novela, una población de la costa del río Mississippi. Además de presentarnos a Tom y a todos sus amigos, incluido un Huckleberry Finn que cobrará protagonismo años más tarde, la novela nos pinta un cuadro de la vida de entonces, salpicada por grandes dosis de humor y sátira.
La primera página de una bonita edición de Tom Sawyer.
En 1881 publica "El príncipe y el mendigo", una novela que en su día no fue muy bien recibida, aunque hoy es muy conocida y su argumento ha sido llevado al cine en diversas ocasiones. La novela gira en torno a dos personajes idénticos que intercambian sus roles.
En 1884 Mark Twain publica la que es posiblemente su mejor obra, "Las aventuras de Huckleberry Finn", que algunos críticos consideran junto al "Moby-Dick" de Melville el inicio de lo que denominan Gran Novela Norteamericana. "Las aventuras de Huckleberry Finn" es una continuación o secuela de Tom Sawyer, pero con un tono mucho más serio, que muestra la absoluta fe de un personaje en hacer lo correcto, aunque los demás piensen lo contrario. Factores como la esclavitud, la amistad, el racismo o la superstición son algunos de los ejes centrales de la novela.
De entre las obras publicadas durante sus últimos años de vida, posiblemente la más conocida sea "Un yanki en la corte del Rey Arturo". En la novela, el protagonista principal es Hank Morgan que, tras sufrir un duro golpe en la cabeza emprende un viaje en el tiempo hasta la mítica Inglaterra del Rey Arturo. Seguro que el argumento nos resulta familiar, ya sea por haber leído la novela o por ver alguna de las diversas versiones cinematográficas.
"Un yanki en la corte del Rey Arturo", editado
en formato cómic a mediados del siglo pasado.
Compartimos con ustedes un pequeño fragmento de "Las aventuras de Tom Sawyer":

-¡Tom!
Silencio.
-¡Tom!
Silencio.
-¡Dónde andará metido ese chico!... ¡Tom!
Silencio.
   La anciana se bajó los anteojos y miró por encima de ellos alrededor de la habitación; después se los subió y miró por debajo. Rara vez o nunca miraba a través de los cristales cosas de tan poca importancia como un chico: eran aquellos los anteojos de ceremonia, su mayor orgullo, construidos por el estilo antes que para el servicio, hubiera visto mejor a través de un par de tapas de olla. Se quedó un instante perpleja y dijo, no con cólera, pero lo bastante alto para que la oyeran los muebles:
-Bueno; pues te aseguro que si te echo mano te voy a...
No terminó la frase, porque antes se agachó dando estocadas con la escoba por debajo de la cama; así es que necesitaba todo su aliento para puntuar los escobazos con resoplidos. Lo único que consiguió desenterrar fue el gato.
-¡No se ha visto cosa igual que este muchacho!
Fue hasta la puerta y se detuvo allí, recorriendo con la mirada las plantas de tomate y las flores de trompeta que constituían el jardín. Ni sombra de Tom. Alzó, pues, la voz a un ángulo de puntería calculado para larga distancia y gritó:
-¡Tú! ¡Tooooooom!
Oyó tras de ella un ligero ruido y se volvió a punto para atrapar a un muchacho por el borde de la chaqueta y detener su vuelo.
-¡Ya estás! ¡Que no se me haya ocurrido pensar en esa despensa!... ¿Qué estabas haciendo ahí?
-Nada.
-¿Nada? Mírate las manos, mírate esa boca... ¿Qué es eso pegajoso?
-No lo sé, tía.
-Bueno; pues yo sí lo sé. Es confitura eso es. Mil veces te he dicho que como no dejes en paz esa confitura te voy a despellejar vivo. Dame esa vara.
La vara se cernió en el aire. Aquello tomaba mal cariz.
-¡Dios mío! ¡Mire lo que tiene detrás, tía!
La anciana giró en redondo, recogiéndose las faldas para esquivar el peligro; y en el mismo instante escapó el chico, se encaramó por la alta valla de tablas y desapareció tras ella. Su tía Polly se quedó un momento sorprendida y después se echó a reír bondadosamente.


Mark Twain falleció el 21 de abril de 1910 en Connecticut, tras unos últimos años difíciles a causa del fallecimiento de su esposa y dos de sus hijas. Como hecho curioso, hay que señalar la especial relación entre escritor y el cometa Halley, que posiblemente muchos de ustedes conozcan. Mark Twain nació el 30 de noviembre de 1835, en el momento en que el Halley alcanzaba el perihelio (el punto más cercano de su órbita alrededor del sol) y falleció el 21 de abril de 1910, al día siguiente de que el cometa alcanzase su perihelio, tras finalizar su órbita al sol, que dura entre 74 y 79 años.
El propio Twain, parece que dejó las siguientes palabras por escrito en 1909:
<<Llegué con el cometa Halley en 1835. Vuelve otra vez el año que viene, y espero irme con él. No hay duda que el Todopoderoso ha dicho: "He aquí a estos dos excéntricos inexplicables; llegaron juntos, deben irse juntos">>.

No hay comentarios:

Publicar un comentario