Beatriz Milán |
¿Nos hablas de ti?
Mi nombre, aunque suene extraño, nunca
me ha encajado. Ahora que leo su significado entiendo cada más el porqué. Beatriz es un nombre propio femenino de origen latino (Benedictrix o
Beatrix) que significa “bienaventurada, portadora de felicidad o de beatitud”. ¿Soy una persona “feliz”? Bueno, sonrió con
facilidad, si podemos considerar eso un aspecto que demuestre felicidad.
Nací en Málaga, la tercera de una estirpe de médicos. Por supuesto, no soy médico ni pretendo serlo. Estudio Derecho, y lo hice porque de pequeña visité la Aduana de Málaga y nos enseñaron la Constitución. Me transmitió poder, y eso me atrajo. Quizás al ser la tercera en una familia numerosa, la posibilidad de tener poder me parecía algo valioso. No creo que a muchos os parezca rara esta afirmación, pero la carrera es pesada y desesperante (Tenía que aclarar este punto.) Pensé en una muerte entre códigos y apuntes; una muerte muy digna y dramática, nada de pastillas ni tiros en la sien. Quizás porque mi nombre contiene el término "portadora de felicidad" decidí no hacerlo y me fui de Erasmus a Francia. Tras vivir un año independizada en un país ajeno me di cuenta de que volver sería un paso atrás ya que me atraía más la forma de impartir Derecho en Francia, mucho más didáctica. Aquí también caí en la cuenta de que no era el tipo de persona que es jurista. Realmente no me atraía nada la idea de ser abogada o juez. Me di cuenta de que disfrutaba dando paseos, yendo a museos, conciertos... Mi proyecto se convirtió en mezclar la carrera soporífera y seria, Derecho, con un toque de museos y creatividad. El resultado fue mi proyecto actual: tener la licenciatura de Derecho francés junto con la española y hacer un máster en gestión y dirección de Patrimonio Histórico Artístico.
Nací en Málaga, la tercera de una estirpe de médicos. Por supuesto, no soy médico ni pretendo serlo. Estudio Derecho, y lo hice porque de pequeña visité la Aduana de Málaga y nos enseñaron la Constitución. Me transmitió poder, y eso me atrajo. Quizás al ser la tercera en una familia numerosa, la posibilidad de tener poder me parecía algo valioso. No creo que a muchos os parezca rara esta afirmación, pero la carrera es pesada y desesperante (Tenía que aclarar este punto.) Pensé en una muerte entre códigos y apuntes; una muerte muy digna y dramática, nada de pastillas ni tiros en la sien. Quizás porque mi nombre contiene el término "portadora de felicidad" decidí no hacerlo y me fui de Erasmus a Francia. Tras vivir un año independizada en un país ajeno me di cuenta de que volver sería un paso atrás ya que me atraía más la forma de impartir Derecho en Francia, mucho más didáctica. Aquí también caí en la cuenta de que no era el tipo de persona que es jurista. Realmente no me atraía nada la idea de ser abogada o juez. Me di cuenta de que disfrutaba dando paseos, yendo a museos, conciertos... Mi proyecto se convirtió en mezclar la carrera soporífera y seria, Derecho, con un toque de museos y creatividad. El resultado fue mi proyecto actual: tener la licenciatura de Derecho francés junto con la española y hacer un máster en gestión y dirección de Patrimonio Histórico Artístico.
¿Por qué elegiste ese seudónimo?
Cuando el grajo vuela bajo me pareció gracioso por el refrán
completo ya que aquí aunque sea junio duermo con nórdico.
¿Por qué escribiste Ruinas?
Decidí escribir este relato porque una
amiga me obligó; ella estaba viendo concursos de fotografía y ya había leído
algunas cosas que he escrito. Me dijo que escribía bien y que debía presentarme
con ella, y lo hice. Al final fui yo la que se presentó y ella la que desistió.
¿Qué representa el Teide para ti?
El Teide representa una meta. Quizás al
ser la más alta de España se podría hacer un paralelismo con un gran reto personal,
quizás en ese aspecto el proyecto que antes he expuesto sería mi Teide.
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