miércoles, 30 de diciembre de 2015

Recordando a Haruki Murakami

El escritor que hoy miércoles queremos recordar es Haruki Murakami, puesto que sus lectores pueden contar desde octubre de este año 2015, con dos de sus obras más tempranas traducidas al castellano. Nos referimos a "Escucha la canción del viento" y a "Pinball 1973", libros que sólo se podían encontrar en japonés e inglés y que acaban de llegar a España de la mano de Tusquets.
Haruki Murakami (Kioto, 1949) es uno de los pocos escritores japoneses que han dado el salto de escritor de prestigio a autor con grandes ventas en todo el mundo. Ha recibido numerosos premios, entre ellos el Noma, el Tanizaki, el Franz Kafka y otros, además de sonar reiteradamente como firme candidato al Nobel de Literatura. Tusquets Editores ha publicado quince de sus obras, entre las que destacan: Tokio blues, Underground, De qué hablo cuando hablo de correr, Los años de peregrinación del chico sin color (que sólo en Japón vendió un millón de ejemplares) y Hombres sin mujeres.
Haruki Murakami
Escucha la canción del viento (1979), ópera prima de Murakami, sigue las vicisitudes de un joven estudiante que, durante unas vacaciones en su ciudad natal, disfruta de la compañía de su mejor y original amigo, apodado "el Rata", una chica con cuatro dedos y el barman del Jay´s Bar, personajes a los que se suma la figura de un escritor suicida.
Tres años más tarde, en Pinball 1973 (1980), ese mismo joven vive en Tokio, con dos gemelas idénticas, mientras "el Rata" sigue viendo pasar la vida en el Jay´s Bar, en una novela melancólica y de atmósfera poética.
Diversos libros de Murakami
Te dejamos ahora con una pequeña selección de fragmentos de la obra del escritor japonés:

On.
Fantástico, ¿no? Esto es música. Brook Benton. Rainy Night in Georgia nos ha refrescado un poco, ¿verdad? Por cierto, ¿qué temperatura máxima creéis que hemos alcanzado hoy? Pues 37 grados. ¡37 grados! Por más que estemos en verano, esto es demasiado. Esto es un horno. A 37 grados creedme, uno está más fresco abrazado a una chica que solo y plantado como un palo. ¿No os lo creéis? ¡OK! Bueno, basta de charla. Ahora toca poner música. Un disco tras otro. Creedence Clearwater Revival Who´ll Stop the Rain. ¿Qué? ¿Te animas, baby?

Fragmento de "Escucha la canción del viento"

Cuatro años después, en mayo de 1973, visité yo solo la estación. Para ver el perro. Con este propósito me afeité, me puse la corbata por primera vez, en medio año y estrené unos zapatos de cordobán nuevos.
En cuanto me apeé del solitario y oxidado tren de cercanías de dos vagones, que parecía que iba a desintegrarse de un momento a otro, un añorado olor a hierba inundó mi nariz. El olor de las excursiones del pasado. El viento de mayo soplaba desde los confines del tiempo. Si alzaba la cabeza y aguzaba el oído, incluso podía percibir el canto de las alondras.

Fragmento de "Pinball 1973"

Tsukuru Tazaki envió un correo electrónico a Sara Kimoto diciéndole que quería invitarla a cenar. Habían pasado cinco días desde la conversación en el bar de Ebisu. Sara le contestó desde Singapur. Regresaría a Japón al cabo de dos días. Y tenía libre el sábado por la noche. <<Perfecto. Hay algo de lo que quiero hablarte>>, decía ella en su mensaje.
Tsukuru se preguntó de qué querría hablarle Sara. Pero solo pensar en que volvería a verla le puso de buen humor. Una vez más, constató hasta qué punto, en el fondo de su corazón, aquella mujer se había vuelto imprescindible para él. Cuando pasaba un tiempo sin verla, tenía la impresión de que le faltaba algo, algo muy importante, y sentía una ligera punzada en el pecho. Hacía una eternidad que no experimentaba algo así.
Sin embargo, poco imaginaba que durante esos tres días estaría desbordado por culpa del trabajo.

Fragmento de "Los años de peregrinación del chico sin color"

No entendí qué pretendía.
- ¿A qué te refieres con salir?
- Es buena chica. Guapa, formal y bastante lista. Eso te lo garantizo. No tienes nada que perder -añadió.
- No creo que tenga nada que perder -le dije sin haber captado todavía de qué iba aquello-, pero ¿por qué tendría que salir con tu novia? No le veo la lógica.
- Porque eres un buen tío. Si no fuera así, no te lo habría propuesto.
No me servía como explicación. ¿Porque yo era un buen tío (si que era cierto) debía salir con su novia?
- Erika -ése era el nombre de ella- y yo fuimos a la misma escuela del barrio, al mismo colegio de secundaria y al mismo instituto -explicó Kitaru-. En resumen: es como si hubiéramos pasado toda la vida juntos. Acabamos formando una pareja de modo natural y todo el mundo a nuestro alrededor nos dio el visto bueno. Nuestros amigos, nuestros padres e incluso los profesores. Porque estábamos siempre juntos, en armonía. Que nos pasábamos el día pegados, vaya. -Kitaru juntó las palmas-. Y si hubiéramos llegado los dos a la universidad conservando esa armonía, habríamos sido felices para siempre, sin problemas ni crisis vitales. Pero yo fracasé estrepitosamente en a prueba de acceso y aquí me tienes. No se cómo ni en qué punto exacto empezó, pero varias cosas se torcieron poco a poco. No culpo a nadie de eso, por supuesto; la culpa es toda mía.
Yo lo escuchaba en silencio.
-Y entonces, por decirlo así, me partí en dos -dijo Kitaru. Y separó las manos que mantenía unidas.

Fragmento de "Hombres sin mujeres"

Esperamos que te hayan gustado los fragmentos que hemos seleccionado.
¡Hasta el próximo miércoles!

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