miércoles, 11 de noviembre de 2015

Recordando a Andrea Camilleri

Este miércoles hemos querido recordar al escritor italiano Andrea Camilleri (1925, Agrigento, Sicilia), uno de los autores más leídos en toda Europa, al que posiblemente la mayoría conozcamos por un personaje suyo, el de el "comisario Salvo Montalbano". Es en 1994 cuando con la novela "La forma del agua", se inicia la saga de este popular comisario siciliano, que actualmente se emite en formato de serie de televisión en varios países europeos, entre ellos España y que es supervisada por el propio Camilleri.
Andrea Camilleri
Te destacamos unos pequeños fragmentos de algunas de sus obras:

- A su juicio, ¿cuánto puede valer la joya?
- Yo de eso no entiendo. Los propietarios me han dicho que sobre los ochenta millones de liras.
- Pues entonces, vamos a hacer una cosa. Luego llamaré a mi compañero Jacomuzzi, que es el que la tiene, y le pediré que me la envíe. Mañana por la mañana se la haré llegar por medio de uno de mis agentes.
- La verdad es que no sé cómo darle las gracias...Montalbano lo interrumpió.
- Y usted le entregará a mi ayudante un recibo en toda regla.
- ¡Por supuesto que sí!
- Y un cheque por valor de diez millones, me he permitido redondear el valor del collar, que sería el porcentaje que le corresponde a la persona que encuentra objetos de valor o dinero.
   Rizzo encajó el golpe casi con elegancia.
- Me parece muy justo. ¿A nombre de quién lo tengo que extender?
- De Baldassare Montaperto, uno de los dos basureros que encontraron el cuerpo del ingeniero.
   El abogado tomó cuidadosamente nota del nombre.

Fragmento de "La sombra del Agua".

Los libros de Andrea Camilleri
- ¿Y qué cuenta la novela?
- Es la historia de un joven robot, Delta 32, que se enamora de la robot Gamma 1024, que es la mujer de un robot, Beta 5, famoso mundialmente porque es capaz de sustituir las piezas rotas de los robots por otras nuevas. El robot cirujano, vamos a llamarlo así, es un hombre, perdón, un robot, que siempre necesita dinero porque tiene la manía de comprar cuadros de mucho valor. Un día se hunde en una deuda que no puede pagar. Entonces, un robot delincuente, al frente de una banda, le hace una proposición. A saber: ellos le darán todo el dinero que quiera, siempre y cuando realice clandestinamente trasplantes a clientes que ellos le proporcionarán, clientes de relevancia mundial, ricos y poderosos que no tienen tiempo ni ganas de esperar su turno. El robot profesor pregunta entonces cómo se podrán obtener piezas de recambio apropiadas y recibirlas en el momento necesario. Le explican que eso para ellos no es un problema: ellos están en condiciones de encontrar la pieza de recambio. ¿Cómo? Desguazando un robot que responda a los requisitos y cogiendo la pieza que interesa. El robot desguazado se arroja al mar o se coloca bajo tierra. <<Podemos atender a cualquier cliente>>, dice el jefe, que se llama Omicron 1. <<En todos los lugares del mundo -explica-, hay gente encerrada en las cárceles, en campos apropiados. Y, en cada uno de esos campos, hay un robot nuestro. Y, en las inmediaciones de estos lugares, hay una pista de aterrizaje. Nosotros, aquí -añade Omicron 1- somos sólo una mínima parte, nuestra organización actúa en todo el mundo, se ha globalizado. >> Y Beta 5 acepta. Las peticiones de Beta 5 se transmitirán a Omicron 1, quien las transmitirá a su vez a Delta 32, el cual, sirviéndose de un sistema de internet muy avanzado, las comunicará a unos servicios, digamos, operativos. Y aquí termina la novela.

Fragmento de "La excursión a Tindari".

- Aquí Montalbano. ¿Con quién hablo?
- Comisario, creo que esta tarde ha estado usted con una señora en la tienda de mi mujer.
- ¡¿Yo?!
- Si, señor, usted.
- Disculpe, ¿quiere decirme cómo se llama?
- No.
- Bueno, pues entonces adiós.
Y colgó. Era una jugada arriesgada. Tal vez, Marzilla había hecho acopio de todo su valor para llamar y no volviera a hacerlo. Sin embargo, Marzilla había picado con tal fuerza el anzuelo que le había lanzado el comisario, que volvió a llamar de inmediato.
- Comisario, perdone..., pero compréndalo. Sé que ha ido a la tienda de mi mujer disfrazado y con un nombre falso. Pero ella lo ha reconocido enseguida. Además, ha encontrado en el suelo una tarjeta de visita que se le había caído. Como comprenderá, es para estar nerviosos.
- ¿Por qué?
- Porque está claro que usted está indagando acerca de algo que me concierne.

Fragmento de "Un giro decisivo"

- Profesor, perdone, ¿me deja ver su reloj?
- ¿Qué reloj?
- El suyo.
- Nunca llevo reloj, detesto esos mecanismos que miden la hora de nuestra muerte. 
   Banal, muy banal. De repente, el comisario ya no temió a Guglielmo La Rosa.
- Entonces, ¿cómo sabía, tal como me ha dicho antes, que eran las once y media, minuto más, minuto menos, cuando entró en la farmacia?
- Acompáñeme. -Montalbano se puso a su lado. A pesar de su edad, el profesor caminaba con paso ligero-. Obsérvelo usted mismo -dijo Guglielmo La Rosa indicándole la tienda del relojero Scibetta, enfrente de la farmacia.

Fragmento de "Un mes con Montalbano"

Esperamos que te hayan gustado los fragmentos seleccionados. 
¡Hasta el próximo miércoles!

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