miércoles, 18 de noviembre de 2015

Recordando a Miguel Delibes

Este miércoles queremos recordar la figura de Miguel Delibes (Valladolid, 17 de octubre de 1920 - Valladolid, 12 de marzo de 2010), uno de los más importantes escritores españoles de la segunda mitad del siglo XX.
Miguel Delibes se licenció en derecho y se dio a conocer como escritor con su novela "La sombra del ciprés es alargada" (1948), con la que ganó el Premio Nadal. Su producción literaria es muy amplia y se la ha definido como narrativa tradicional, salvo tal vez su obras "Cinco horas con Mario" (1966) y especialmente "Parábola del náufrago" (1969).
Títulos como: "La primavera de Praga", "El príncipe destronado", "Las ratas", "El camino", nos resultan a todos conocidos.
Es elegido miembro de la Real Academia de la Lengua, haciendo la toma de posesión un 25 de mayo de 1975.
Miguel Delibes
Te destacamos unos pequeños fragmentos de algunas de sus obras:

"24 de diciembre, miércoles.

Vinieron la Modes, Serafín y los chicos a pasar la noche. Mi hermana anunció que esperaba otro crío. Serafín se puso a reír a lo mandria y dijo que mujer movida al año parida. No habíamos empezado a cenar y el cerdo ya estaba mamado. Ni sé cómo mi hermana le aguanta. Luego, a medio comer, se puso a contarme lo del aborto. El cagueta lloraba sólo de recordarlo. Le dije que yo le acompañé a dar tierra el crío, pero él erre que erre. Al terminar, la madre recordó al padre y echó unas lágrimas. Luego el mayor de la Modes tiró la botella de anís y acabó de gibarla. La Modes le sacudió una buena zurra. A las doce bajé con la madre a misa del Gallo, a los Agustinos. Tenía la esperanza de ver a Anita, pero como si no."

Fragmento de "Diario de un cazador"

Para nuestra desgracia, el culatazo del progreso no sólo empaña la brillantez y eficacia de las conquistas de nuestra era. El progreso comporta -inevitablemente, a la que se ve- una minimización el hombre. Errores de enfoque han venido a convertir al ser humano en una pieza más -e insignificante- de este ingente mecanismo que hemos montado. La tecnocracia no casa con eso de los principios éticos, los bienes de la cultura humanista y la vida de los sentimientos.
En el siglo de la tecnología todo eso no es sino letra muerta. La idea de Dios, y aún toda aspiración espiritual, es borrada en las nuevas generaciones -seguramente porque la aceptación de estos principios no enalteció a las precedentes- mientras los estudios de Humanidades, por ceñirme a un punto concreto, sufren cada día, en todas partes, una nueva humillación...
En este país se ha hablado de suprimir la literatura en los estudios básicos -olvidando que un pueblo sin literatura es un pueblo mudo- porque, al distraer unas horas al alumnado, distancia la consecución de unas cimas científicas que, conforme a los juicios de valor vigentes, resultan más rentables. Los carriles del progreso se montan, pues, sobre la idea del provecho, o lo que es lo mismo, del bienestar. Pero, ¿en qué consiste el bienestar? ¿Qué entiende el hombre contemporáneo por <<estar bien>>?"

Fragmento de "Un mundo que agoniza"

Alguna de las obras de Miguel Delibes
"Yo nací en Ávila, la vieja ciudad de las murallas, y creo que el silencio y el recogimiento casi místico de esta ciudad se me metieron en el alma nada más nacer. No dudo de que, aparte otras varias circunstancias, fue el clima pausado y retraído de esta ciudad el que determinó, en gran parte, la formación de mi carácter.
De mi primera niñez bien poco recuerdo. Casi puede decirse que comencé a vivir, a los diez años, en casa de don Mateo Lesmes, mi profesor. Me acuerdo perfectamente, como si lo estuviera viendo, del día que mi tutor me presentó a él..."

Fragmento de "La sombra del ciprés es alargada"

Esperamos que te hayan gustado los fragmentos seleccionados. 
¡Hasta el próximo miércoles!

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