Hoy miércoles queremos recordar la figura del escritor de origen peruano Mario Vargas Llosa, nacido en Arequipa en 1936, que adquirió la doble nacionalidad española en 1993.
El escritor durante una firma de libros |
Dentro de su extensa bibliografía, destacan las obras de narrativa y ensayo, aunque también ha cultivado el cuento y el teatro. De entre todas ellas, hay muchos títulos que han conseguido gran repercusión, como: "La ciudad y los perros" (1963), "La casa verde" (1966), "Pantaleón y las visitadoras" (1973), "La guerra del fin del mundo" (1981), "¿Quién mató a Palomino Molero?" (1986), "La verdad de las mentiras" (1990), "Lituma en los Andes" (1996), "La fiesta del Chivo" (2000), "El héroe discreto" (2013).
Su trabajo ha recibido los múltiples premios y reconocimientos, entre los que destacan; el Nobel de Literatura (2010), el Premio Cervantes (1994), el Premio Planeta (1993), Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1986) y un largo etcétera.
Algunas de las obras de Vargas Llosa |
Te dejamos con unos pequeños fragmentos de algunas de sus obras:
- ¿Nunca supo por qué cayó en desgracia? -se asombra Urania.
- Nunca con certeza -aclara la tía Adelina-. Hubo muchas suposiciones, nada más. Años de años se preguntó Agustín qué hizo para que Trujillo se enojara así, de la noche a la mañana. Para que un hombre que lo había servido toda la vida, se convirtiera en apestado.
Urania observaba la incredulidad con que las escucha Marianita.
- Te parecen cosas de otro planeta, ¿no sobrina?
La muchacha se ruboriza.
- Es que, resulta tan increíble, tía la película de Orson Welles, El proceso, que dieron en el Cine Club. A Anthony Perkins lo juzgan y ejecutan sin que descubra por qué.
Manolita se abanica con las dos manos hace rato; deja de hacerlo para intervenir:
- Decían que cayó en desgracia porque hicieron creer a Trujillo que, por culta del tío Agustín, los obispos se negaron a proclamarlo Benefactor de la Iglesia católica.
- Dijeron mil cosas -exlcama la tía Adelina-. Fue lo peor de su calvario, las dudas. La familia comenzó a irse a pique y nadie sabía de qué acusaban a Agustín, qué había hecho o dejado de hacer.
Fragmento de "La Fiesta del Chivo"
- La suerte es que los ingenieros pudieron esconderse -explicó el minero, sorbiendo a poquitos el café-. Y también un gringo amigo de ellos, que anda allá de visita. Se subieron a los depósitos de agua. Si los encuentran, ya estarían fríos. Ingenieros, administradores y ejecutivos nunca se libran. Y menos los extranjeros. Por supuesto.
- No se olvide de los policías -dijo Lituma, con voz cavernosa.
Francisco López hizo una broma:
- No quería decirlo, para no meterle miedo. En cambio, a los trabajadores no les hacen nada, a menos que los consideren amarillos.
Fragmento de "Lituma en los Andes"
- ¿Puede decirme cómo está Arana? -preguntó Alberto.
- Está aislado -repuso el hombre, con voz ronca- nos nos dejan verlo. Ni siquiera a nosotros. No tienen derecho. ¿Usted es amigo de él?
- Somos de la misma sección -dijo Alberto-. A mi tampoco me han dejado entrar.
El hombre asintió. Parecía abrumado. Una barba rala sombreaba sus mejillas y su mentón; el cuello de la camisa aparecía con arrugas y manchas y la corbata, algo caída, mostraba un nudo ridículamente pequeño.
- Sólo he podido verlo un segundo -dijo el hombre-. Desde la puerta. No debían hacer eso.
- ¿Cómo está? -preguntó Alberto-. ¿Qué le ha dicho el médico?
El hombre se llevó las manos a la frente y luego se limpió la boca con los nudillos.
- No se -dijo-. Lo han operado dos veces. Su madre está medio loca. No me explico cómo ha podido ocurrir una cosa así. Justamente cuando estaba por terminar el año. Es mejor no pensar en eso, son reflexiones tontas. Sólo hay que rezar. Dios tiene que sacarlo sano y salvo de esta prueba. Su madre está en la capilla. El doctor ha dicho que tal vez podamos verlo esta noche.
Fragmento de "La ciudad y los perros"
Te dejamos un enlace al sitio web del autor por si deseas más información:
Esperamos que te hayan gustado los fragmentos que hemos seleccionado.
¡Hasta el próximo miércoles!
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