La cita literaria de hoy viernes la tomamos del escritor bilbaíno Miguel de Unamuno, uno de los máximos exponentes de la generación del 98, es la siguiente:
<<Cuanto menos se lee más daño hace lo que se lee. Cuantas menos ideas tenga uno y más pobres sean, más esclavo será de esas pobres y pocas ideas>>.
Miguel de Unamuno nació en pleno centro del Bilbao, en el barrio de las Siete Calles, el 29 de septiembre de 1864. En 1880 se trasladó a Madrid para cursar los estudios de Filosofía y Letras, doctorándose en 1884 con una tesis titulada "Crítica del problema sobre el origen y la prehistoria de la raza vasca". Avanzada esta década, comenzó a polemizar con Sabino Arana, considerado el fundador del nacionalismo vasco, que veía en Unamuno a un vasco, pero "españolista".
Unamuno fotografiado en 1925. |
Se mostró beligerante con la monarquía y posteriormente con la dictadura de Primo de Rivera, lo que finalmente desembocó en su exilio forzoso a Fuerteventura en 1924. Transcurridos unos meses fue indultado, pero voluntariamente decidió marchar a París y posteriormente a Hendaya.
La llegada de la República fue muy celebrada por el escritor bilbaíno, acogiéndola con gran optimismo y participando activamente en la vida política, como diputado por la conjunción republicano-socialista entre 1931 y 1933. No obstante, el desarrollo de muchos de los acontecimientos lo decepcionan, llegando a criticar abiertamente al gobierno por la política agraria y la política religiosa, entre otras cuestiones.
En uno de sus últimos escritos, el 21 de noviembre de 1936, Miguel de Unamuno hace llegar la siguiente carta a Lorenzo Giusso:
<<La barbarie es unánime. Es el régimen de terror por las dos partes. España está asustada de sí misma, horrorizada. Ha brotado la lepra católica y anticatólica. Aúllan y piden sangre los hunos y los "hotros". Y aquí está mi pobre España, se está desangrando, arruinando, envenenando y entonteciendo...>>.
Poco tiempo después, durante la tarde del 31 de diciembre, Unamuno fallecía en su casa de forma repentina.
Nos dejó un amplio legado literario, compuesto por novelas, ensayos, teatro y poesía. Destacamos obras como: "Paz en la guerra" (1897), "Vida de Don Quijote y Sancho" (1905), "Niebla" (1914), "La tía Túla" (1921) y "San Manuel Bueno, mártir" (1930).
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