miércoles, 28 de septiembre de 2016

Hablamos de Edgar Allan Poe

Hoy miércoles te queremos hablar de un auténtico icono, un mito de la literatura fantástica, de terror, de misterio, del maestro de lo extraño, hablamos de Edgar Allan Poe.
Edgar Allan Poe en 1898
Edgar Poe nace un 19 de enero de 1809 en Boston, a partir de aquí comienza su relativamente corta, pero intensa y dolorosa existencia, una vida truncada, como la define Peter Ackroyd en una memorable biografía.
La vida de Poe es la vida del poeta maldito, del vagabundo, una vida casi insoportable. Y todo comenzó incluso antes de su nacimiento, cuando su madre, Eliza Poe, contrajo la tuberculosis, lo que hace suponer que el feto no estaba bien alimentado. Sus padres pasaban entonces por angustias y estrecheces económicas, todas estas circunstancias se aprecian después en los relatos de Poe, cuando nos describe espacios reducidos con una víctima que respira con dificultad. Unas semanas antes de su fallecimiento, Poe manifestó lo siguiente:

<<Creo que Dios me dio una chispa de genio, pero la apagó en la miseria.>>

Sus padres eran actores ambulantes, una profesión itinerante, casi nómada y que no permitía el arraigo, prueba de ello fue el nacimiento de Edgar en  una casa de huéspedes de Boston. David Poe se llamaba su padre, un joven impetuoso, derrochador con el dinero, con serios problemas de alcoholismo y que, al igual que Eliza, contraerá la tuberculosis. En un momento indeterminado entre la primavera y el verano de 1811, David Poe abandonó a su familia para no volver jamás. No se saben cuáles fueron sus motivaciones, se especula que una posible discusión con Eliza a causa de los rumores de que Rosalie, la hermana pequeña de Edgar, no era hija suya.
En esos meses, el joven Edgar tendrá que hacer frente al abandono paterno y al rápido deterioro en la salud de su madre, que finalmente moriría a finales de ese terrible 1811.
Ilustración para "El cuervo", de Gustave Doré en 1884
El fallecimiento de Eliza dejaba tres niños huérfanos; Henry, el primogénito, Edgar y la mencionada Rosalie. Edgar será adoptado por John Allan, un comerciante de origen escocés bien colocado y su esposa Frances. El día de su bautismo, el 7 de enero de 1812, recibió el nombre de sus padres adoptivos, pasando así a llamarse Edgar Allan Poe.
Cursará estudios universitarios en la Universidad de Virginia y posteriormente también pasará un breve periodo de tiempo en el ejército, durante todo ese tiempo, la relación con su padrastro será muy complicada, hasta el punto de romperse y acabar Edgar desheredado.
En 1827, problemas con el juego y la bebida supondrán su expulsión de la universidad, pero también en ese mismo año publica su primera obra: "Tamerlán y otros poemas". En 1829 publica su segunda obra, "Al Aaraaf" y en 1831 una tercera "Poemas".
Podemos acercarnos a Poe a través de sus obras, como la edición de "Cuentos" que nos propone Weston y a través de
interesantísmos ensayos como el de Peter Ackroyd titulado "Poe. Una vida truncada"
En 1832 se desplaza hasta Baltimore para contraer matrimonio con su prima Virginia Clemm, que contaba solo con catorce años de edad y que moriría años más tarde de la misma enfermedad que se llevó a Eliza, la tuberculosis. Tras su matrimonio, entrará a trabajar como redactor en el periódico Southern Baltimore Messenger, en el que se publicarían algunos de sus poemas. En 1837 se trasladó con su esposa a Nueva York, colaborando con revistas de la ciudad y también de Filadelfia.
En 1840 publicará "Cuentos de lo grotesco y lo arabesco" y tres años más tarde obtendrá un gran éxito con la publicación de "El escarabajo de oro", pero será su última obra, "El cuervo y otros poemas", publicada en 1845, la que lo encumbre en la literatura universal. Una obra reflejo de su máxima expresión de pesimismo y de su anhelo de una belleza ajena a este mundo.
La muerte de su esposa en 1847, empujará a Poe, aún más, a las drogas y al alcohol, lo que será la causa más probable de su muerte, acontecida dos años más tarde, en 1849. Nos dejaba este maestro de lo extraño, que llegó a definir su vida con las siguientes palabras:

<<Mi vida ha sido capricho, impulso, pasión, anhelo de soledad, mofa de las cosas de este mundo.>>

Te dejamos unos pequeños fragmentos de algunas de sus obras:

"La muerte roja" había devastado largo tiempo la comarca. Jamás epidemia alguna se había mostrado tan horrenda ni fatal. La sangre era su distintivo y su Avatar, el horror encarnado de la sangre. Producía agudos dolores, vértigos repentinos, y luego, abundante hemorragia de los poros, y la descomposición final. Las manchas rojas en el cuerpo, y especialmente en el rostro de las víctimas, eran el entredicho fatal que las arrojaba lejos de la asistencia y simpatía de sus semejantes. Y el ataque de la peste -su proceso y su terminación- era solo cuestión de media hora.

Fragmento de "La muerte roja"

- La Gazette, -replicó,- mucho me temo que no ha penetrado, me figuro, en todo el horror de la cosa. Aunque descartar la necia opinión del periódico. Me parece que se considera indescifrable este misterio, por esta misma razón debía de ser fácil la solución. Me refiero al carácter outré de las circunstancias. La policía está confundida por la aparente ausencia de motivo del crimen; no por el asesinato en sí mismo, sino por la atrocidad de este asesinato. Están confundidos también  por la aparente imposibilidad de conciliar las voces oídas en la discusión con el hecho de que a nadie encontraron arriba sino el cadáver de Mademoiselle L´Espanaye, y que no hubiera forma de salida sin que pudiera notarlo la gente que subía. El desorden salvaje de la habitación: el cadáver embutido cabeza abajo en la chimenea. La espantosa mutilación del cuerpo de la anciana; todas estas consideraciones ya mencionadas, y otras que no necesito mencionar, han sido suficientes para paralizar la potencia policiaca, para desorientar completamente la famosa perspicacia de los agentes del gobierno. Han caído  en el grosero y común error de confundir lo anormal con lo difícil. Sin embargo, por esta misma desviación del enfoque, la razón descubre un camino, si lo hay, en la persecución de la verdad. En investigaciones de tal naturaleza como las que ahora perseguimos, no debe uno preguntarse ¿qué ha pasado? sino ¿qué ha pasado que antes no había sucedido? En efecto, la facilidad con que llegaré, o he llegado ya, mejor dicho, a la solución del misterio, está directamente relacionada con la incompresible resolución a los ojos de la policía.

Fragmento de "El crimen de la Rue Morgue"

Me preocupé en seguida de buscar al animal que había causado tanta desventura, porque al fin había decidido firmemente deshacerme de él. Si lo hubiera encontrado en aquél momento, no habría dudas sobre su suerte; sin embargo parecía que el astuto gato, alarmado por la violencia de mi cólera, evitaba encontrarse conmigo. Es imposible describir o imaginar la intensa sensación de reposo bienaventurado que produjo en mi pecho la ausencia de esta detestada criatura. Tampoco apareció en la noche; y así, por una vez, desde su llegada a la casa, dormí con sueño profundo y tranquilo; dormí, ¡ay, a despecho del asesinato que pesaba sobre mi alma!

Fragmento de "El gato negro"

Te dejamos el enlace a un interesante artículo publicado en ABC:
http://www.abc.es/cultura/cultural/abci-edgar-allan-o-delirio-lucidez-201609271202_noticia.html

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