En esta sección, recordamos a uno de los grandes de la literatura española y es que, tal día como hoy, un 8 de septiembre de 1645, fallecía en Villanueva de los Infantes, Francisco de Quevedo.
Retrato de Quevedo atribuido a John Vanderham |
Francisco de Quevedo nació en Madrid un 14 de septiembre de 1580, en el seno de una familia bien posicionada en la Corte, lo que le posibilitó el acceso a una buena educación. Estudió en el colegio imperial de los jesuitas y después en las universidades de Alcalá de Henares y Valladolid. Será en esta última ciudad donde comience a adquirir prestigio como poeta y, también, el inicio de su legendaria rivalidad con Luis de Góngora.
La vida de Quevedo fue muy intensa y azarosa en el plano político, granjeándose poderosos aliados y enemigos, es por ello que sufrió dos destierros y una encarcelación, de la que saldría con la salud muy quebrantada en 1643.
Su obra literaria fue muy amplia, cultivando gran parte de los géneros de su época, pero de entre toda ella destacamos su poesía, satírica y burlesca; la novela picaresca, representada principalmente por "Historia de la vida del buscón llamado don Pablos"(1626). Tampoco debemos olvidar su obra política y ascética, muy especialmente "La cuna y la sepultura" (1634).
Te dejamos con un precioso soneto de Quevedo:
Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes, ya desmoronados,
de la carrera de la edad cansados,
por quien caduca ya su valentía.
Salíme al campo, vi que el sol bebía
los arroyos del hielo desatados;
y del monte quejosos los ganados,
que con sombras hurtó la luz al día.
Entré en mi casa: vi que amancillada
de anciana habitación era despojos;
mi báculo más corvo, y menor fuerte.
Vencida de la edad sentí mi espada,
y no hallé cosa en qué poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.
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