Tal día como hoy, un 14 de septiembre del año 81, Domiciano es proclamado emperador de Roma, tras el fallecimiento de su hermano Tito a causa de unas fiebres. Las fuentes clásicas no dejan en buen lugar a este emperador, describiéndolo como un gobernante despiadado. Su asesinato pondrá fin a la dinastía Flavia iniciada por su padre Vespasiano.
En clave literaria, disponemos hoy de diversas efemérides de escritores notables, como por ejemplo la de Mario Benedetti, el genial escritor, poeta y dramaturgo uruguayo, que nació el 14 de septiembre de 1920 en Paso de los Toros, Uruguay. Miembro de la conocida como Generación del 45, formada por notables literatos uruguayos nacidos entre 1945 y 1950, nos dejó un basto legado literario, de novela, poesía, cuento y artículo y ensayo. De entre su inmensa obra no es sencillo hacer una selección, pero destacamos los siguientes títulos: "La muerte y otras sorpresas", un cuento publicado en 1968; "El porvenir de mi pasado" (2003); "Primavera con una esquina rota" (1982); "El amor, las mujeres y la vida" (1995); "50 Sonetos" (2004); o "La cultura, ese blanco móvil" (1995).
Mario Benedetti, fotografiado en 1981. |
Retrocedamos ahora unos siglos, pues un 14 de septiembre de 1321 fallecía en Rávena Dante Alighieri, autor de una obra inmortal, "La divina comedia". La construcción de esta obra le llevó al autor unos quince años y el argumento gira en torno al viaje que realiza Dante por el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso, en compañía del poeta latino Virgilio. La obra consta, pues, de tres partes: Infierno, Purgatorio y Paraíso, cada una de las cuales consta de 33 cantos.
Dante Alighieri (1265-1321) |
Y, finalmente, avanzamos un poco con la máquina del tiempo hasta situarnos en el año 1580, puesto que el 14 de septiembre de ese año nació en Madrid Francisco de Quevedo, uno de los máximos exponentes del Siglo de Oro español. Diestro espadachín y escritor satírico que, si tenemos que asociarlo con alguna tendencia literaria, sería con el Conceptismo, característico del barroco. Escribió poesía, teatro, prosa y obras de carácter político. Su pluma afilada le granjeó numerosos y poderosos enemigos dentro y fuera de la Corte, además de con la Inquisición. De entre su obra, destacamos: "Historia de la vida del buscón, llamado Don Pablos", un claro ejemplo de novela picaresca publicado en 1626 y "La cuna y la sepultura", un tratado moral publicado en 1634.
Seguramente hayan leído o escuchado más de una vez el siguiente soneto inspirado en un aspecto concreto de la fisionomía de Luis de Góngora, clara muestra que era mejor no contar a Quevedo entre nuestros enemigos.
Érase un hombre a una nariz pegado,
Érase una nariz superlativa,
Érase una alquitara medio viva,
Érase un peje espada mal barbado;
Era un reloj de sol mal encarado,
Érase un elefante boca arriba,
Érase una nariz sayón y escriba,
Un Ovidio Nasón mal narigado.
Érase el espolón de una galera,
Érase una pirámide de Egipto,
Las doce tribus de narices era;
Érase un narcisismo infinito,
Frisón archinariz, caratulera,
Sabañón garrafal morado y frito.
Francisco de Quevedo (1580-1645). |
No hay comentarios:
Publicar un comentario